Es conocido que el juego es muy importante para el desarrollo, que es el juego espontáneo de la infancia lo que permite a los niños desarrollarse, aprender y tener iniciativa. Por estas razones, en los programas de Terapia Visual que prescribimos a nuestros pacientes, el juego es un elemento esencial.
Utilizamos juegos para desarrollar las habilidades visuales de nuestros pacientes. El juego añade motivación al niño, de modo que el trabajo sobre sus habilidades visuales se hace de forma natural y divertida para él. Disponemos de juegos que nos permiten trabajar la atención, la fijación, los movimientos oculares, la acomodación, la binocularidad, la coordinación ojo-mano… En este blog ya hemos hablado de ello en artículos anteriores, como el que contábamos los beneficios de jugar al Tangram, o el reto que os proponíamos de calibrar vuestro nivel de percepción visual a partir de un juego, entre otros artículos que encontraréis navegando por este blog.
Uno de los aspectos prácticos para aplicar los juegos en una estrategia de mejora de habilidades visuales es darle la vuelta a los juegos. Es decir, crear nuevas normas para adaptar al juego a nuestras necesidades. En el tangram, por ejemplo, lo normal es pedirle al niño que reproduzca con las piezas la figura que le mostramos. Bien. Pero si le decimos que mire la pieza y la estudie, de una vuelta por la sala, y al volver a la mesa reproduzca la figura que ha visto antes, haremos un ejercicio que nos ayudará a entrenar su memoria visual.
Podemos seguir esta misma estrategia con multitud de juegos: puzles, encajables, buscar objetos, apliables, juegos de memoria, localizar el intruso, juegos de memoria secuencial, simetrías…. Sin olvidar nunca los libros. Se editan auténticas maravilllas para niños de entre 0 y 5 años…
Con estos juegos (y con los libros) podemos trabajar la discriminación visual, la memoria visual, las relaciones viso-espaciales, la distinción figura-fondo, la constancia de forma, la memoria visual secuencial, el cierre visual… las habilidades que conforman la percepción visual, la habilidad que nos permite entender lo que vemos.
Darle la vuelta al juego, adaptar el juego a nuestro objetivo, es, pues, una buena estrategia para trabajar estas habilidades. Este es uno de los aspectos relevantes que tratamos en el curso en el que ofrecemos recursos prácticos para mejorar el análisis y el procesamiento de la información visual, para mejorar la percepción visual. Analizamos diferentes juegos, y vemos cómo podemos adaptarlo para trabajar en la mejora de las diferentes habilidades. Conseguimos que nuestros pacientes trabajen estas habilidades mientras hacen lo que más les gusta: jugar.
