Iniciado el curso escolar, han vuelto los debates sobre los métodos que se utilizan para la enseñanza y la educación de los más pequeños, y creo oportuno intervenir en el debate hablando de la importancia del juego en el aprendizaje y, también, en la salud visual.
Debemos considerar el juego como una actividad fundamental en el desarrollo infantil. Además de aportar a los niños diversión y entretenimiento, es una gran ayuda en el desarrollo motor, clave para una correcta maduración del sistema nervioso. El juego permite crear conexiones neuronales que, de otro modo, costarían mucho más. Además, en el contexto de una sociedad cada vez más digital, es crucial recordar la importancia de los juegos tradicionales y el aire libre para el desarrollo integral de los niños.
El juego estimula la imaginación y la creatividad de los niños o, lo que es lo mismo, contribuye a su desarrollo cognitivo y emocional. Permite a los niños aprender a través de la experimentación, al existir juegos que fomentan que los niños exploren el entorno, y aprender de los errores que puedan cometer.
El juego tradicional, además, resta horas de impacto de las pantallas en los niños. Hemos hablado muchas veces en este blog del impacto negativo del uso excesivo de las pantallas en la salud visual, y de como estas contribuyen al aumento de la miopía en la población mundial. El juego que implica movimiento contribuye a un buen desarrollo de la visión.
Todo ello, además de otras aportaciones del juego o del deporte, como son una mejor socialización de los niños, una mejora en sus competencias de comunicación o una mejor aceptación de las normas sociales.
En la optometría, además, usamos el juego como un elemento de la terapia visual, especialmente en casos en los que nos marcamos el objetivo de mejorar las habilidades de percepción visual.En definitiva, no dejemos que las pantallas quiten tiempo al juego. No se trata de erradicar las pantallas, sino de permitir un uso racional de las mismas. Como otras cosas en la vida, hay que encontrar un punto de equilibrio, que supondrá un beneficio para el aprendizaje de los niños.