Si la lateralidad es una característica neurobiológica que determina la preferencia de un lado del cuerpo sobre el otro en actividades cotidianas como, por ejemplo, escribir, lanzar un objeto, comer o recortar, la lateralidad contrariada se produce cuando, debido a condicionantes externos, una persona cambia o reprime su preferencia lateral natural. El ejemplo más utilizado, por su prevalencia años atrás, es el caso del niño zurdo natural que es obligado a escribir con la mano derecha por razones culturales. ¡No hace tantos años que la mano izquierda se consideraba en nuestras escuelas como la mano del diablo!
Existen diversas causas de la lateralidad contrariada:
- Culturales y sociales. En muchas culturas, el uso de la mano izquierda no está bien aceptado y se la asocia a cosas negativas, por lo que, al detectarse en la escuela algún alumno zurdo, se le obligada, a veces con métodos muy expeditivos, a aprender a escribir con la mano derecha.
- Factores físicos. Pueden producirse casos de lesiones u otras anomalías que inhabilitan el uso de un brazo o una pierna para determinadas acciones, lo que hará que el niño aprenda a utilizar la otra mano o la otra pierna. En el caso que la extremidad afectada sea la preferente natural, el niño aprenderá a usar la otra, no natural. Debemos tener en cuenta que la lateralidad afecta también a la visión y al oído. Una anomalía en el ojo o el oído preferentes afectará a la lateralidad. Un estrabismo no tratado, una otitis de larga duración, cualquier lesión… pueden causar lateralidad contrariada en el órgano afectado.
- Factores familiares. Los niños aprenden a menudo por imitación, y si en su proceso de desarrollo se fijan en que el padre o la madre, o en los maestros, usan una mano determinada, el niño puede tener tendencia a utilizar la misma mano, aunque no sea la de su lado natural.
- Sociedad diestra. Se da el caso que el diseño de herramientas, escritorios escolares o materiales están diseñados para ser utilizados por diestros, lo que dificulta el uso natural de la mano izquierda.
Aunque podríamos extendernos más sobre las causas de la lateralidad contrariada, la cuestión es que este desajuste de la lateralidad presenta problemas importantes. Y hay que decir que el impacto que puede afectar a la vida de una persona con la lateralidad contrariada puede llegar a ser importante.
La lateralidad Contrariada afecta a:
- Desarrollo motor. La coordinación motora puede verse afectada, ya que el cerebro no opera de manera óptima cuando se utiliza el lado no dominante. Los movimientos suelen ser más torpes y menos fluidos, especialmente en tareas finas como la escritura.
- Problemas de aprendizaje. La lateralidad contrariada puede interferir en el normal desarrollo del aprendizaje de la lectoescritura. Puede provocar confusión en la orientación de letras y números, generar inversiones (escribir “d” cuando se quiere escribir “b”, por ejemplo).
- Desorganización neurológica. Al haber lateralidad contrariada, el cerebro “reprograma” sus conexiones, de modo que puede alterarse la manera como los dos hemisferios cerebrales se comunican, lo que puede afectar a la memoria y la concentración.
- Impacto emocional y psicológico. Provocado no tanto por la lateralidad contrariada en sí misma, sino por sus consecuencias. Si el niño se da cuenta que no aprende al mismo ritmo que sus compañeras puede desarrollar episodios de frustración ansiedad, baja autoestima, desinterés o una situación de estrés cotidiana.
La optometría interviene de manera eficaz cuando uno de los órganos involucrados en la lateralidad contrariada es la visión, especialmente cuando lo que impide el uso normal del ojo dominante natural es algún trastorno relacionado con las habilidades visuales: ojo vago, estrabismo, problemas refractivos (on ojo puede ser más miope que el otro…).
Existen terapias que buscan la reorganización de las conexiones cerebrales y restaurar la lateralidad natural. Eso es lo que hace también la terapia visual. Existen también estrategias educativas que buscan mejorar las habilidades motoras y cognitivas afectadas. Sin embargo, la creciente sensibilización de educadores y familiares sobre la importancia de respetar la lateralidad natural se adivina como la mejor forma de prevenir casos de lateralidad contrariada.
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