En cualquier momento del día, nuestros ojos y nuestra atención se concentran en algunos aspectos que la escena visual nos presenta, aunque no debemos olvidar que otras partes de nuestro campo visual, aunque vistas, no mantenemos la atención en ellas. Esto es porque nuestra capacidad de mantener la atención visual selectiva es limitada y no somos capaces de procesar todo lo que vemos al mismo tiempo. Identificar o mirar en un lugar específico requiere la atención visual, y ésta viene guiada por ciertos atributos que ahora comentaremos con el siguiente ejemplo. En la Figura 1 siguiente podemos observar muchas “x” de varios colores. Podemos contar cuantas “x” hay, ya que es relativamente fácil, pero es más difícil si se pide, por ejemplo, contar o encontrar las “x” que sean solo de color rojo y amarillo.
Figura 1. Tarea complicada de búsqueda visual. En un primer vistazo sabemos que hay unas “x” de varios colores, pero activar la atención para una búsqueda selectiva ya es más complicado, como por ejemplo buscar las “x” en rojo y amarillo.
La atención es “atraída” por ítems o estímulos que son diferentes de su alrededor. Las diferentes propiedades hacen que nuestros ojos vayan directamente a mirar. Por ejemplo, en la siguiente Figura 2 tenemos dos ejemplos. En la izquierda vemos unas formas y una T escondida. En la derecha el mismo número exacto de formas y T, pero distribuidas diferentemente. La presentación de la derecha hace que la “T” sobresalga más y sea más fácil de encontrarla ya que es un estímulo fuerte para nuestra atención visual.
Figura 2. En la búsqueda visual, los estímulos que sobresalgan más hacen que nuestros ojos se dirijan más fácilmente al objeto de manera automática, guía nuestra atención inconscientemente. La “T” de la imagen de la derecha sobresalta más que la izquierda.
Existen muchos otros atributos o pistas que guían nuestra atención visual, entre ellos:
Nuestro sistema visual utiliza éstos atributos (y varios más) para guiar nuestros ojos y en consecuencia nuestra atención visual para detectar o identificar los estímulos presentados en nuestro campo visual. De hecho, nuestra manera de mover los ojos cuando miramos una escena (por ejemplo un paisaje, playa o comedor) es utilizado como método de estudio de cómo centramos nuestra atención visual, siendo importante para entender como observamos y percibimos nuestro mundo.
Marc Argilés, optometrista