La información que perciben nuestros ojos se traslada al cerebro para aportarle la información necesaria para que nuestro cuerpo reaccione o actúe. Se trata de señales “excitadoras”, que aportan información, y hasta ahora se pensaba que existía una única vía por la que nuestros ojos enviaban información al cerebro. Pero un descubrimiento reciente amplía la forma de cómo la información visual, lo que nuestros ojos perciben, se procesa. Se trata de un avance en la neurología de la visión.
Investigadores de la universidad de Northwestern, cerca de Chicago, han llegado a la conclusión que existe un grupo de neuronas retinianas utilizan otras vías de comunicación, que inciden de manera especial en determinados comportamientos subconscientes, como los ritmos circadianos (ritmos de vigilia-sueño, que están relacionados con los ciclos de luz y oscuridad), o la contracción de las pupilas cuando se perciben luces brillantes o intensas. Según la investigación publicada por la revista Science, si las señales conocidas hasta ahora eran excitadoras de la actividad neuronal, el descubrimiento permite afirmar que existe información inhibidora de la actividad neuronal, de modo que afectan a determinados comportamientos y reacciones de nuestro cuerpo. El descubrimiento permite entender mejor cómo la luz influye en el comportamiento.
El estudio se hizo a partir de experimentos realizados con ratones. Los investigadores bloquearon las neuronas retinianas inhibidoras de señales visuales y descubrieron que la luz tenue fue más efectiva a la hora de determinar los ritmos circadianos de estos animales. También descubrieron que al bloquear las neuronas inhibidoras, las pupilas de los ratones eran mucho más sensibles a la luz. En definitiva, la importancia de la investigación es que permite conocer por qué ocurren determinadas reacciones del cuerpo. A partir de aquí, se abren nuevas vías para conocer mejor la relación ojo-cerebro, clave en el comportamiento humano.