El recién celebrado VIII Congreso Internacional de SIODEC, que fue un éxito rotundo, me permitió trasladar a mis compañeros de profesión algunas de mis reflexiones sobre el futuro de la Optometría y, en concreto, de lo que por ahora seguimos denominando como Optometría Comportamental.
Mi tesis, que pude exponer en una de las ponencias del Congreso, es que los avances en las neurociencias y las evidencias científicas cada vez más concluyentes están aportando mucho a nuestro trabajo como optometristas, más incluso que la oftalmología.
Terapia multidisciplinar
Los optometristas y especialistas en terapia visual trabajamos con los cerebros. Porque es el cerebro el que interpreta la información que captamos con nuestros ojos, el que toma decisiones a partir de lo que vemos. El procesamiento de la información visual, una vez descartados o solucionados problemas refractivos, es clave en los objetivos de nuestro trabajo. Por esto estamos tan cerca de las neurociencias. Por esto, el colectivo profesional debe plantearse evolucionar y avanzar. Y por esto, a menudo problemas que detectamos en nuestras consultas requieren de una terapia multidisciplinar, en la que deben intervenir otros profesionales especialistas (osteópatas, logopedas, psicopedagogos, neurólogos, especialistas en educación auditiva, especialistas en lateralidad y neurodesarrollo…), que también trabajan con el cerebro, órgano al que podemos “entrenar” para corregir algunas disfunciones.
Neuro-optometría
Como dice mi compañero Mario Canegallo, los optometristas tenemos la responsabilidad de observar los contenidos actuales de nuestra formación, la concepción de la información científica y las modificaciones en la práctica clínica y terapéutica que resultan indispensables para un ejercicio profesional adecuado. Dicho de otra forma, no hay que conformarse con lo que sabemos y con lo que hacemos. Un ejemplo son los compañeros que se dedican a la visión deportiva, que están siendo unos grandes innovadores en la práctica de la Terapia Visual.
Nuestro trabajo va mucho más allá. Trabajamos con los ojos y con el cerebro. Por esto estoy convencida de que nuestra profesión debe avanzar hacia la neuro-optometría.
En mi visión de la optometría, creo que la función del optometrista es, entre otras, la de ayudar a nuestros pacientes a automatizar procesos visuales, auditivos y motores, y la lateralidad, de modo que le permitan al lóbulo frontal del cerebro liberarse de estas funciones y dedicar los recursos a resolver problemas de forma eficaz y eficiente.
Todo esto está muy lejos de la visión que la sociedad tiene todavía de nuestro trabajo, que continúan vinculando únicamente a la graduación de lentes. Nuestro trabajo va mucho más allá. Optometristas, optómetras, optometristas funcionales, ortópticos, pleópticos, optometristas comportamentales, terapeutas visuales, especialistas en visión deportiva… trabajamos con los ojos y con el cerebro. Por esto estoy convencida de que nuestra profesión debe avanzar hacia la neuro-optometría.
Será una evolución no exenta de problemas, pero lo que vemos a diario en nuestras clínicas y las evidencias científicas que estudiamos para mantenernos al día, son las señales que marcan el camino.