La discromatopsia o daltonismo es una discapacidad de la visión que impide ver determinados colores. Existen diversos tipos, según el color que el sistema visual no puede captar: Pronatopia (falta del sistema receptor para el color rojo), Deuteranopia (color verde), Tritanopia (color azul) o acromatopsia (colores verde, azul, blanco y rosa). Si tenemos en cuenta que los colores que vemos son el resultado de una combinación de rojo, verde y azul, el hecho de no captar uno de estos colores afecta a toda la gama. Sus efectos hacen que estemos hablando de una deficiencia que afecta a la vida cotidiana, hasta el punto que quien la sufre no puede ejercer determinadas profesiones, como piloto de avión o marino.
Cuando en las consultas de optometría realizamos exámenes visuales completos, sometemos a nuestros pacientes a diversos tests que permiten detectar esta deficiencia. El más utilizado es el test de Ishihara: mostramos a los pacientes unas láminas que contienen diferentes tonos de color, en las que hay que distinguir un número. Si la detección o diagnóstico de esta deficiencia visual es relativamente sencilla, no lo es tanto su tratamiento. De hecho, hasta ahora no se ha conseguido ningún sistema o método que sea capaz de ofrecer la misma visión a quien la padece que la que tiene una persona con visión normal. Hay que decir, sin embargo, que en el campo de la informática se trabaja en programas que ayudan a los afectados a visualizar los colores.
Existen avances en la precisión de los tests. Las universidades de Alicante y Valencia, por ejemplo, han desarrollado un nuevo test de detección de las anomalías de la visión de color (Optopad Test), que se hace a través de tabletas. El nuevo método acaba de ser validado por la revista científica Graefes Archive of Clinical and Expermiental Opthtalmology. Es un hecho que prueba el excelente nivel de la optometría de este país.