Aunque puede parecer obvio recordarlo, la visión es un elemento esencial en nuestra capacidad de orientación en el espacio y en dar sentido al movimiento de las cosas en nuestro entorno. El sistema vestibular (equilibrio), que tiene su base en el oído interno, y el sistema visual trabajan de forma coordinada, y lo hacen a través del cerebro en lo que se conoce como el equilibrio vestíbulo-ocular, que nos permite mantener los ojos fijos en un punto mientras nos movemos. Es lo que conocemos como el reflejo vestíbulo-ocular, la relación entre visión y equilibrio.
A veces, este reflejo falla. Existen algunas disfunciones visuales que afectan al equilibrio. No son tan comunes como otras disfunciones que afectan a las habilidades visuales (miopía, estrabismos…), pero a nuestras consultas llegan casos que debemos tratar.
Las principales disfunciones visuales que afectan al equilibrio, tal como recoge SIODEC, son:
- Nistagmo: un movimiento reflejo, donde los ojos parecen girar en una dirección (rápido) y luego se restablecen lentamente en la dirección opuesta, lo que lleva al vértigo y a la percepción de movimiento / giro, ya sea de uno mismo o del entorno.
- Oscilopsia: durante el movimiento de la cabeza, las personas pueden experimentar problemas para enfocar un objeto o percibir que los objetos se mueven de lado a lado o giran alrededor de ellos. No pueden mantener fija la mirada en un objeto.
- Disfunción de la visión binocular: cuando los ojos no funcionan en equipo, lo que provoca una desalineación entre la línea de visión de un ojo y el otro y causa problemas con el enfoque y la visión doble y / o borrosa. Tenéis más información aquí. (enllaç disfuncions binoculars).
- Heteroforia vertical: cuando un ojo apunta más alto que el otro, la persona inclina la cabeza para ayudar a alinear los ojos. Esto causa mareos, desequilibrio, dolor de cuello, dolores de cabeza, ansiedad, náuseas, mareos y problemas de lectura / aprendizaje.
- Aniseiconia: una condición en la que existe una diferencia significativa en el tamaño percibido de las imágenes. Esto puede causar desorientación, fatiga visual, dolor de cabeza, mareos y desequilibrio.
Se da la circunstancia que un examen ocular regular puede no detectar estos problemas. Es necesaria la intervención de un optometrista especializado en las afecciones neurológicas que afectan al sistema visual y vestibular, o bien de un neurólogo, que puede identificar el origen de las deficiencias visuales y vestibulares en el sistema nervioso central.
El tratamiento para los problemas de equilibrio relacionados con la visión pasa por corregir la causa del trastorno. El uso de lentes correctoras (prismas y gafas), la fototerapia y, en general, la terapia para mejorar las habilidades visuales, incluida la binocularidad, son parte del tratamiento de estas disfunciones.