Artículos

El gateo y la visión: un dúo dinámico en el desarrollo del bebé 

El gateo y la visión

Ha llegado el momento en que tu pequeño se lanza a gatear… ¡Magia pura! Para los padres, especialmente los primerizos, es un momento cargado de mucha emoción. Marca el inicio de una nueva etapa: es la exploración independiente del mundo que les rodea. Pero, ¡ojo!, el gateo es mucho más que un simple desplazamiento. 

Gatear: un impulso para el cerebro que se está desarrollando 

Aunque a simple vista parece solo un movimiento, el gateo es un catalizador del desarrollo cerebral. Cuando el bebé gatea de forma cruzada (mano derecha-pierna izquierda, y viceversa), se crea una conexión entre los dos hemisferios cerebrales. ¿Por qué? Porque cada hemisferio controla el lado opuesto del cuerpo. ¡Así se fortalecen las relaciones entre ellos! 

La visión y el gateo: una relación que lo ve todo 

Tener unas buenas conexiones interhemisféricas es clave para el desarrollo de las funciones de los órganos dobles de nuestro cuerpo: brazos y piernas, pero también ojos y oídos. En el caso de la visión, estas conexiones facilitan una adecuada visión binocular, es importante para percibir el mundo en tres dimensiones. A medida que se mueve, el bebé experimenta alteraciones constantes en su visión y percepción del espacio. Debe ajustar el enfoque de sus ojos en función de dónde está el objeto que le llama la atención. El gateo es movimiento y, por lo tanto, esta distancia de enfoque cambia constantemente. Es un proceso clave para aprender a adaptar la visión a las diferentes distancias. 

Ojo y mano: ¡a coordinar se ha dicho! 

Al explorar su entorno, el bebé se encuentra con objetos que despiertan su curiosidad y siente la necesidad de alcanzarlos. Este acto, aunque parezca simple, es un pilar en el desarrollo de la coordinación ojo-mano, integrando la visión con el movimiento y perfeccionando sus habilidades motrices finas. 

¿Gateó o no gateó? Es la pregunta clave que te puede realizar el optometrista 

No debe sorprender a los padres que lleven a sus hijos a las consultas optométricas que, en la primera visita, les preguntemos si su hijo o hija gatearon. Lo hacemos porque sabemos que es probable que algunas de las anomalías visuales que han motivado la visita al optometrista pueden tener su origen en esta etapa del gateo que es tan importante en el desarrollo motor de los bebés. Por ello, potenciar el gateo en los bebés no solo contribuye a su movilidad, sino que también juega un papel determinante en su percepción del mundo y en el correcto desarrollo de su visión. 

¿Ya nos sigues en nuestras Redes? Facebook, Instagram o LinkedIn

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *