Algunas de las enfermedades que causan discapacidad visual son conocidas: el glaucoma, la retinopatía diabética, la degeneración macular asociada a la edad… Son relativamente comunes y, de hecho, se encuentran entre las principales causas de discapacidad visual en todo el mundo. Pero no son las únicas y existen otras patologías o enfermedades menos comunes, que también generan discapacidad visual.
Existen enfermedades raras, poco frecuentes y, por lo tanto, menos conocidas. Esto supone una dificultad a la hora de diagnosticarlas y tratarlas, al afectar a menos de 1 de cada 2.000 personas. Este es el caso de la uveítis intermedia (inflamación de la capa intermedia del globo ocular, que afecta sobre todo al humor vítreo). La poca frecuencia de esta patología provoca que en ocasiones sea diagnosticada erróneamente y se confunda con un desprendimiento de vítreo, asociado a la edad. Aunque la uveítis afecta a un pequeño porcentaje de población, se encuentra entre las tres prmieras causas prevenibles de ceguera, según leemos en RevistaIMO.
Otra patología digna de mención es el melanoma de coroides, el principal tumor intraocular maligno en adultos. Su localización dificulta la obtención de muestras, su diagnóstico preciso y su tratamiento, por lo que es clave la detección precoz, para proteger el ojo y evitar la metástasis del tumor.
Entre las enfermedades raras existen también diferentes tipos de distrofias de retina, un conjunto de patologías hereditarias, todavía incurables, que provocan una pérdida progresiva y severa de la visión. A estas deberían sumarse patologías congénitas, que pueden detectarse a edades tempranas.
Existen patologías minoritarias que, sin una valoración experta, pueden quedar sin tratar, al confundirse con procesos oculares benignos. En cualquier caso, como insistimos a indicar siempre, las revisiones oculares periódicas permiten la detección precoz de anomalías visuales, de modo que su tratamiento resulta más fácil cuanto más pronto son detectadas y diagnosticadas.
Fuente: RevistaIMO.