Gatear y Visión: Un momento de especial ilusión para los padres, especialmente los primerizos, se produce cuando el bebé de pocos meses empieza a gatear. Es una etapa en la que se disfruta plenamente del bebé, que, con el gateo, tiene sus primeras dosis de autonomía, puede desplazarse y, con ello, empieza a convertirse en un explorador del entorno que le rodea.
Debemos tener claro que el proceso del gateo es un hito crucial en el desarrollo motor de un bebé. Más allá del fortalecimiento de los músculos, el gateo nos sirve para acelerar y consolidar las conexiones interhemisféricas de nuestro cerebro.
Estamos hablando del gateo contralateral, es decir, el que se produce cuando el niño avanza por el suelo adelantando una mano (por ejemplo, la derecha) y la pierna contraria (la izquierda) a la vez. Este simple movimiento es el que activa las conexiones de los dos hemisferios cerebrales, ya que la mano derecha es gobernada por el hemisferio izquierdo, y la pierna izquierda, por el hemisferio derecho.
Tener unas buenas conexiones interhemisféricas es clave para el desarrollo de las funciones de los órganos dobles de nuestro cuerpo: brazos y piernas, pero también ojos y oídos. Sin una conexión interhemisférica adecuada, difícilmente podremos tener una buena visión binocular, en la que participan los dos ojos y que es la que nos permite percibir las tres dimensiones.
Durante el gateo, además. El bebé experimenta cambios constantes en la perspectiva visual y la percepción del espacio. Debe adecuar el enfoque de sus ojos en función de dónde está el objeto que le llama la atención. El gateo es movimiento y, por lo tanto, esta distancia de enfoque cambia constantemente. Es un proceso clave para aprender a adaptar la visión a las diferentes distancias.
Además, en su recorrido, el bebé encontrará objetos que le llamarán la atención, y querrá agarrarlos. Este acto, aparentemente tan simple, a la edad del bebé resulta de gran importancia en la coordinación ojo-mano. El bebé está aprendiendo a coordinar e integrar sus sentidos.
Gatear y Visión
En la ilustración que acompaña este artículo hemos querido resumir los beneficios que supone gatear a todos los niveles. No debe sorprender a los padres que lleven a sus hijos a las consultas optométricas que, en la primera visita, les preguntemos si su hijo o hija gatearon. Lo hacemos porque sabemos que es probable que algunas de las anomalías visuales que han motivado la visita al optometrista pueden tener su origen en esta etapa del gateo, tan importante en el desarrollo motor de los bebés. Gatear es un proceso que favorece la buena visión en el futuro.