Reproducimos por su interés la entrevista que el diario Ara, editado en Barcelona, ha realizado al doctor Jordi Catalán, con quien compartimos despacho en Barcelona.
La entrevista la firma el prestigioso periodista catalán Antoni Bassas i aquí os ofrecemos la traducción:
Jordi Catalán Balaguer es médico especialista en el desarrollo infantil. Dice que “los niños que viven separaciones, ‘bullying’ … son candidatos a tener problemas de aprendizaje porque están más pendientes de su estabilidad emocional que de aprender cosas”
Saber si una criatura no ve bien debe ser sencillo.
Sí, pero una cosa es detectar si tiene una buena agudeza visual (hipermetropía, astigmatismo, miopía, etc.), que es fácilmente detectable incluso con las valoraciones del pediatra, y otra saber cómo va de organización psicomotora, la capacidad que tienen sus ojos para moverse delante del papel. Cuando un niño lee debe hacer un rastreo visual muy preciso, muy automático, para que la información de las letras pueda llegar al cerebro y entender lo que se le da. Pero si el movimiento no es preciso el niño debe estar pendiente de enfocar bien y no puede estar pendiente de lo que está leyendo.
Y entonces la criatura encuentra que leer es algo pesado y lo deja.
Exacto. Si nosotros ahora tuviéramos alguna dificultad en el proceso de lectura iríamos a ver al especialista. Pero un niño piensa que cómo ve lo que mira es así. No tiene un referente de normalidad, no sabe que no ve correctamente.
¿Y cómo se detecta?
Es relativamente sencillo. Para empezar, hay que estar en contacto con los optometristas para ver si, en efecto, se trata de un problema psicomotor y haciendo una prueba de seguimiento visual. Y entonces, en el caso de Andreu, hicimos una adaptación metodológica en la escuela y en casa, haciendo que alguien le leyera, y en la escuela le hacían exámenes orales. Él pensaba que era tonto porqué no lograba aprender, y el único problema que tenía era esta precisión lectora. E hicimos este salto: mientras trabajaba y recuperaba el sistema visual, le dimos la oportunidad de expresar que tenía capacidad de aprendizaje.
¿Sucede a menudo, este caso?
Sí, por desgracia. El desarrollo del niño está basado, primero, en la parte que organiza todas las funciones motoras de coordinación de movimientos: el cerebro reptil, que se llama. El segundo paso es el cerebro mamífero, que es el emocional y afectivo. Finalmente, debe organizar las capacidades intelectuales. También interviene el hecho de ser diestro o zurdo. El primer elemento que nos debe dar la señal de que hay que actuar es que el niño es torpe. Que cae, por ejemplo. Cuando el movimiento grueso no es correcto, hay tres movimientos hasta que pueden estar afectados: el visual, el manual y el del lenguaje. Por ejemplo, en un niño con problemas de pronunciación hay que ver si su proceso de motricidad general es bueno. Si no lo es, trabajar sólo el aparato de la boca será muy pesado porque la base del problema es previa. Después hay niños que han tenido un problema auditivo. Hoy en día es frecuente: niños con otitis, mocos, que se les debe poner drenajes … Pues bien, también son niños con predisposición a tener un problema lector, porque a veces no saben filtrar los sonidos del ambiente, y si hay uno más ruidoso, se desconcentran y no tienen una buena atención, no saben filtrar y distinguir qué ruidos son importantes. Entonces lo que parece desde fuera es que el niño tiene un déficit de atención, cuando en realidad tiene una dificultad de atención por falta de neurotransmisores. Es por un problema auditivo, que no le permite haber hecho un proceso de sintonía con el entorno suficientemente cuidadoso.
¿Qué otros problemas han detectado?
Los niños que llamamos niños de hemisferio derecho. Los niños de hemisferio derecho son los creativos, imaginativos, artistas, los que tienen una base artística. Hay niños que nacen con capacidades artísticas innatas. Hay otros que son de hemisferio izquierdo, que son los sistemáticos, que les das trabajo y se ponen, trabajan y hacen. Es su manera. Los creativos, capaces de imaginar cosas fantásticas, hacen aventuras y, por tanto, si cuando les enseñas algo no lo vistes y no los motivas, se pierden. Ellos están en sus historias, lo que están contando no les interesa. Pierden la atención y no aprenden, no tienen facilidad para aprender. Por eso es tan importante la habilidad del maestro para darles la línea de motivación que les permita cumplir los aprendizajes que les toca. Después hay niños que tienen dificultades para relacionar los dos hemisferios, que saben que han leído unas letras que decían “pan” pero no lo almacenan bien, porque quizás lo tenían que poner en el hemisferio izquierdo y lo han enviado al derecho, donde se ha perdido la información. Y el niño sabe que lo sabe, pero no es capaz de encontrar la información. Es un proceso que dificulta los aprendizajes.
¿Cómo influyen en el aprendizaje los problemas emocionales?
Los niños que viven separaciones, bullying … son candidatos a tener problemas de aprendizaje porque están más pendientes de su estabilidad emocional que de aprender cosas. Es natural: Lo primero es estar contento con uno mismo. Si estás mal contigo mismo te cuesta más cualquier cosa, también aprender. Casuísticamente, el porcentaje más alto de niños con problemas son los grandes prematuros, cuando han pasado por incubadora y su desarrollo neurológico es más lento, pero como han nacido en la fecha que dice el papel deben hacer los cursos en los años que procedan sin tener en cuenta su proceso madurativo. Cada uno a su ritmo, pero si eres de final de año y estás en clase con compañeros diez y once meses mayores que tú y no llegas a los aprendizajes que te están pidiendo, acabas colocado en una situación de inferioridad. Después puede resultar que estos chicos hacen un salto y tienen altas capacidades, pero para empezar han oído decir que no servían. Decir “este niño no sirve para estudiar” es un error. No siempre podemos solucionar todos los problemas de todos los niños ya que, por desgracia, no sabemos lo suficiente, pero ponerle desde pequeñito la etiqueta que no lo conseguirá es peligroso. Ah, y es importante seguir de cerca a los niños adoptados, que quizás han estado un año o dos en una institución sin recibir los estímulos adecuados, y llegan aquí y les pedimos que hagan todo lo que hacen los niños que han crecido en condiciones.
¿Que una criatura sea diestra o zurda nos dice algo?
Es un gran tema. Antes no había zurdos porque venía el coscorrón. El ser humano, neurológicamente, es ambidiestro. La lateralidad de un niño aparece a los 4, 5 o 6 años. Hay un momento evolutivo en el que aparece la dominancia natural. Si el niño se ha acostumbrado a usar la mano izquierda pero todo lo demás lo hace con la derecha (chuta el balón, tira las piedras, coge la raqueta, se peina …) no es zurdo. Escribe con la izquierda, pero es diestro. En algunos casos, muy bien dirigido, hay que cambiarle la dominancia manual. No le puedes decir de un día para otro que escriba con la derecha, y si no quiere cambiar de mano es complicado, pero que la escuela sepa que deberá ser permisiva si hay mala letra o problemas de ortografía, porque el pobre está trabajando con la mano que no toca.
¿Qué tienen que ver las faltas de ortografía con la mano que no toca?
Cuando escribimos usamos un sistema automático, y la mano escribe sola. Si la mano que uso no está vinculada al proceso automático, tengo que hacer un esfuerzo muy largo para trabajar la atención.
¿Todos estos problemas se manifiestan igual en niños que en niñas?
En general sí. Los niños suelen ser más movidos que las niñas, aunque también hay niñas movidas. Después está todo el tema de la competitividad, que los niños tienen más, en general. Por ejemplo, el niño se agarra más a la tecnología porque tiene el carácter más competitivo y poder competir con los juegos electrónicos le resulta más atractivo. Y el juego de las pantallas puede acabar interfiriendo los procesos de aprendizaje. La pantalla es tan rica en imágenes y sonidos que los tiene muy pegados y, claro, para ellos las actividades académicas tradicionales son aburridas.
¿De eso que usted hace se podría decir neuroeducación?
Sí. Ahora está estallando y hay un futuro muy interesante. A los padres les diría que busquen, que pregunten, y a los maestros, que se formen. Ser maestro es muy duro, pero hoy en día lo más importante es motivar a los niños, porque la tecnología hace que los alumnos estén muy atraídos por unos estímulos muy potentes que antes no tenían.
¿Por qué que se ha especializado en neuroeducación?
Creo que es porqué tuve dificultades en el proceso de lectura. Fue bastante duro. Mi madre, que era quien estaba más pendiente de mi rendimiento escolar, no podía entender que un día leyera y el otro no. Que leyera una letra y al día siguiente no la supiera leer. No sé qué terminó pasando, pero un día empecé a poner orden en el cerebro. Ahora bien, el proceso de la lectura a mí me costó.
¿Cuál es su consejo favorito a los niños y niñas que van a su consulta?
Que deben trabajar. Cuando tienen una dificultad, algún trastorno, hay que decirles que tienen dificultades, que son inteligentes (es lo primero que hay que decirles) y que hay una serie de cosas que no funcionan bien. Y que hay que hacer un esfuerzo. “Te ayudaremos, pero tienes que hacer el esfuerzo”. En este sentido hay que hacerle entender que hay un proceso, y ponernos a ello. Después tienes que calcular los períodos de trabajo y de juego, tenerlo equilibrado.
Jordi Catalán será uno de los profesores del próximo curso que impartirá el Aula de Formación: ¿POR QUÉ NO PUEDO LEER? TEORÍA Y PRÁCTICA DEL INICIO DE LA LECTURA EL PROTOCOLO LEOBIEN
Aquí teneis (en catalán) la versión original de la entrevista.
La entrevista en vídeo (en catalán) la podéis encontrar pulsando aquí.