Ya he hablado en otras ocasiones de los efectos nocivos del abuso en el uso de pantallas por parte de menores de edad, especialmente en lo relativo a la salud visual. Y ahora leo que en las consultas pediátricas se ha detectado un incremento de casos de menores de 3 años con retrasos en el lenguaje provocados por el exceso de exposición a las pantallas. Se diagnostican casos de retraso en la adquisición del lenguaje.
El exceso de exposición a las pantallas puede tener severas consecuencias en el desarrollo cognitivo de los menores. Se considera uno de los fenómenos que crecio durante la pandemia, al incrementarse el número de niños que vivieron una etapa clave de su crecimiento con un “canguro digital”, una pantalla que les “distraía”. El problema es que el lenguaje de las pantallas, muy estridente, no es apto para cerebros todavía muy inmaduros, al recibir estímulos para los que no están preparados para procesar.
El uso de pantallas afecta a la salud visual, como hemos explicado en varias ocasiones. Me preocupa que este nuevo hábito social tenga más consecuencias todavía.
Os dejo el reportaje del diario ABC que me llamó la atención sobre los efectos nocivos de las pantallas: Enlace al reportaje