Recibir el balón en la banda derecha, y conducirlo en diagonal hacia el centro para, cuando sea posible, chutar a gol con la pierna izquierda. Esta es la jugada típica de Leo Messi, el futbolista considerado por muchos como el mejor del mundo y que tiene la zurda como su pierna buena. Siempre que puede, conduce y chuta el balón con el pie izquierdo. Sin embargo, Messi escribe con la mano derecha, como vemos en la foto que acompaña este artículo.
Hay otro detalle interesante, que, razones tácticas a parte, justifica la preferencia de Messi por situarse en la banda derecha: Su ojo dominante es el izquierdo, lo que le da un mejor campo de visión hacia el centro del área y tiende a desplazarse hacia la frontal del área, desde donde puede encarar mejor la portería.
Chuta con la izquierda y escribe con la derecha. Así pues, ¿Messi es diestro o zurdo? La respuesta es que ni una cosa ni la otra. Messi es un ejemplo claro de lateralidad cruzada.
La lateralidad es la distribución ordenada de las funciones de los dos hemisferios cerebrales.
Nuestro cuerpo tiene partes anatómicas pares y simétricas (manos, pies, ojos, oídos). La lateralidad es la dominancia de una de las dos partes simétricas del cuerpo en el uso de las manos, los pies, la visión y el oído. La gran mayoría de la población tiene una lateralidad homogénea, son diestros o zurdos de mano, pierna, oído o visión. Sin embargo, se calcula que un 25% de la población tiene lateralidad cruzada, lo que significa que, como Messi, pueden ser zurdos de pie y diestros de mano, o de ojo, o al revés. En estos casos, la organización de las funciones de los órganos pares y simétricos no se ha definido bien.
En el caso de Messi, la relación ojo-pie es homogénea, lo que es una ventaja en su deporte, mientras que la relación ojo-mano y mano-pie es cruzada.
Hay que decir que la dominancia puede variar en algunas fases de la vida, o dependiendo de las funciones que estemos realizando, tal como contó el Dr. Jorge Ferré en sus libros. La lateralidad, pues, tiene un valor relativo, no absoluto.
La lateralidad cruzada se considera a menudo como un trastorno, pero hay que decir que por si misma no tiene efectos incapacitantes. Sin embargo, sí tiene una influencia importante en tereas cotidianas y en el aprendizaje de la lectoescritura, y es un factor de riesgo si existen dificultades de aprendizaje. Cada persona es un mundo, y existen personas con lateralidad cruzada que casi no muestran ningún síntoma, y otras en que los efectos son muy evidentes. Es importante poder hacer una completa exploración de la lateralidad para poder determinar si algún trastorno está detrás de problemas de aprendizaje o de comportamiento, que claramente pueden afectar a la calidad de vida de un niño.
Para el deporte, tener lateralidad cruzada puede ser incluso una ventaja. Forma parte de las características físicas naturales y si el deportista explota bien estas características, sus resultados pueden ser buenos, como puede ser el caso de Messi. El prestigioso neurocirujano italiano, Ernesto Coscarella, afirma que “mis estudios demuestran que el talento de los grandes campeones reside en la parte subcortical del cerebro, el área más profunda, por lo que con el oportuno entrenamiento específico, el talento puede ser cultivado y aumentado”.
Leo Messi no es el único deportista conocido con lateralidad cruzada. Maradona, es otro ejemplo. Los tenistas Rafael Nadal o Roger Federer también tienen la lateralidad cruzada. En los tres casos se discute si son los mejores del mundo en su especialidad y nadie duda de su calidad.
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